Riqueza, Distribución, Comunicación, Proyecto, Historia, Iglesia, Pobreza, Latinoamérica, Pueblos, País

Sin lugar a dudas, este 24° Seminario nos va a seducir por varios motivos. La temática que abordaremos tiene mucho que ver con el momento actual que vivimos y no está aislada del contexto histórico de los Seminarios.
Queremos decir con esto que el SFT desde hace tiempo viene poniend, o en boca de muchos políticos, dirigentes, periodistas, etc. temáticas que más tarde o más temprano se han instalado en nuestro país.

Destino Chapadmalal

Una característica seductora seguramente es el lugar elegido, que tampoco es casual. Creemos que remite a un momento del país en que se estaba ejecutando un gran proyecto nacional y que también tiene que ver con la redistribución de la riqueza. El Complejo de Chapadmalal será todo un símbolo a la hora de caminar por sus pasillos, trabajar en sus galerías, descansar en sus habitaciones y pasear por sus hermosos parques. Disfrutar de algo que fue creado para los que menos posibilidades tenían de hacerlo nos puede ayudar a poner en clima para abordar la temática central del SFT.

Lugar y fecha

La fecha del 24º SFT es del 1 al 7 de febrero y la sede será el Hotel N° 4 del Complejo Turístico de Chapadmalal, a 23 km de Mar del Plata. El edificio puede albergar hasta 900 personas en habitaciones para cinco camas y baterías de baños en los pasillos. Se encuentra a menos de cien metros de la playa y está rodeado de un hermoso parque que entre otras cosas cuenta con un centro de salud las 24 hs. Dentro mismo del hotel funciona un pequeño centro comercial con kiosco, cyber, locutorio y agencia de pasajes.

Referentes
La elección de la sede trae en la práctica algunas cuestiones a tener en cuenta de una manera diferente a otros años, por exigencia y control de la administración del Complejo Turístico. Entre otras cosas, necesitamos articular mejor todo el proceso de inscripción con los referentes de cada delegación y en particular adelantar la fecha de cierre de inscripción. Para ello, en esta segunda mitad del año pediremos un esfuerzo adicional a los referentes y que quienes quieran participar y no conozcan a los referentes de la zona se pongan en contacto cuanto antes con la secretaría del SFT. El objetivo es garantizar que la mayor cantidad de personas posible pueda participar y disfrutar el Seminario.

Precio de inscripción
El precio de la inscripción fue motivo de discusión y reflexión dentro de la coordinación. Desde hace años, se viene subsidiando fuertemente el precio de inscripción, con un valor que no alcanzaba ni siquiera para cubrir los gastos de comida. El costo real del Seminario, incluyendo la infraestructura, materiales, limpieza, seguridad y equipos de sonido de la semana del encuentro, como también los gastos de reuniones, organización previa y de secretaría y publicaciones durante todo el año, es mucho más elevado y en los últimos años ha ido creciendo. Por otra parte, cada vez más cuesta conseguir financiamiento que nos ayude a llevar adelante la organización del Seminario y cierto margen de ahorro con que contábamos se fue agotando hasta desaparecer. De todas maneras, teniendo en cuenta que la infraestructura que nos facilita el Estado nos permite reducir costos, el equipo de coordinación decidió no aumentar el precio de la inscripción y sostener los mismos valores que el año pasado.

Participantes que viajen desde:
  • Más de 1000 kilómetros: $ 110
  • Menos de 1000 kilómetros: $130

Una pregunta pendiente

Hacia el 24 SFT

Aún nos sigue llegando el eco de la pregunta que surgió como clamor común en “La Juntada” del último Seminario en Santiago del Estero: “¿Cómo?”. Sin dudas, una pregunta peligrosa que exige una respuesta inédita y creativa. Una pregunta que nos exige fidelidad a la realidad, conciencia histórica y una mirada teológica a los caminos transitados como pueblo(s) hasta el día de hoy.

Ezequiel Silva

El 2010, año del publicitado “bicentenario”, se nos presenta como un horizonte simbólico, que ciertamente puede ser diabólico.

Al hablar de horizonte simbólico nos referimos a un horizonte común donde puedan conjugarse todos los anhelos populares de felicidad, fiesta y plenitud. La palabra símbolo, desde su origen griego, nos remite a aquello que une, que pone en referencia dos realidad diversas pero que en el símbolo se hacen comunes y se reclaman la una a la otra.
El símbolo une, pero no homogeiniza. Diabólico, en cambio, viene –en su origen griego- de separar o dividir en dos.

Los sucesos vividos como pueblo en los últimos tiempos nos plantean muchas preguntas: de cara a lo sucedido durante el conflicto campo-gobierno. ¿Será el 2010 un horizonte simbólico, que pueda conjugar nuestras esperanzas y proyectos de país, fundamentalmente de los sectores olvidados, o se está gestando un escenario diabólico?; ¿durante los días del conflicto no hubo discursos que verbalizaban proyectos de país que tendían a una división (diabólica) antifraterna?
Sabemos que las simplificaciones que escuchamos y vimos durante aquellos días no se corresponden totalmente con la realidad y que debemos complejizar el escenario ante el trayecto histórico de nuestro pueblo. El debate público que captó masivamente la mirada de la opinión pública, que esconde la pregunta por nuestros proyectos históricos como pueblo(s), merece ampliarse.

Surgen entonces las preguntas con la mirada puesta en el 2010, ¿no será necesario recuperar los diversos relatos y proyectos históricos que se enraízan en el suelo de nuestro país?, ¿no habrá que habilitar las voces silenciadas, los rostros encubiertos? Hay una pluralidad de proyectos históricos, de pueblos, de culturas que reclaman su participación en la definición de la nación que queremos ser. ¿Vamos a escuchar sólo a las voces más potentes? ¿Nos animaremos, inspirados por una lectura teológica de la historia, a mirar el reverso de ella? Son muchos los pueblos que han sido sujetos dinamizadores de cultura, esperanza y vida en nuestra tierra. Tal vez, sea deber de reparación histórica habilitar, contra todo intento de sofocar, la voz de los pueblos de una vez por todas.

La visibilidad de los proyectos históricos muchas veces ha sido –y es- en gran parte correlativa a su participación en la riqueza, en los bienes de la tierra y sus frutos. Si hay algo que debemos agradecerle al conflicto es el haber llevado por primera vez a debate público y masivo, desde el retorno de la democracia en el 83´ a nuestros días, la cuestión de la distribución de la riqueza. Otra cosa que debemos agradecer es que cada actor se mostró no como dice ser, sino como es: el gobierno, “el campo”, la Iglesia... Los conflictos tienen esas virtualidades.

La vida de nuestros pueblos reclama una mayor distribución de la riqueza. De otro modo su participación en el debate por el país que queremos será desigual. Se trata de una cuestión pendiente e impostergable tanto desde una perspectiva socio-política como histórico-teológica.
Nuestro país conserva las heridas provocadas por un proyecto depredatorio de acumulación que ha tiranizado otros proyectos históricos, sobre todo los de los pobres y de los pueblos originarios.


Nuevas preguntas

Para seguir respondiendo el “cómo” nos debemos más preguntas:

  • ¿Qué papel juegan los medios masivos en la reproducción y legitimación de ese proyecto neoliberal de acumulación que pretendía que la vida de los pueblos sería fruto del “derrame” o “desborde” de la riqueza impúdicamente acumulada?
  • ¿Qué tipo de comunicación ha sostenido la injusticia estructural?
  • ¿De qué modo se han involucrado los movimientos sociales?
  • ¿Qué simbólica ha oprimido y reprimido la creatividad de los pueblos en la reproducción de su vida y en el acceso a los bienes de la tierra?
  • ¿Qué papel han tenido las Iglesias en ello?
  • ¿Es posible una simbólica cristiana que se nutra de la praxis del Jesús histórico para suscitar dinamismos inclusivos que involucren a la diversidad de los pueblos en la gestación de un proyecto común?
  • ¿Qué teología será necesaria para la distribución de la riqueza, para la participación plena en la vida material, presupuesto indispensable para el desarrollo espiritual y ámbito primario de su realización?

La pregunta por el “cómo” no puede responderse inercial o automáticamente. Debe responderse real e históricamente. Esto es lo que queremos intentar encuadrar en el próximo SFT.

Avanzando en la rumia y la reflexión, queremos que el Seminario de Mar del Plata nos ayude a seguir respondiendo a la pregunta que cobró forma en Santiago: ¿cómo podemos conjugar pueblos, distribución, proyectos históricos y vida? Una pregunta que probablemente no respondamos completamente pero que seguro profundizaremos y nos animará en el camino.